Son cementos muy útiles para obras en contacto con terrenos yesíferos o aguas selenitosas y deben tener bajo contenido en aluminatos. Según la Instrucción española se consideran como cementos resistentes a los sulfatos (cálcico y/o magnésico) aquellos que, por su composición y por la constitución de su clinker, tienen un contenido en aluminato tricálcico no superior al 5 % para los cementos tipo 1; al 6 % para los tipos II, y al 8 % para los 111/A y IV. Además, el contenido en C3A + C4AF no debe ser superior al 22 % para los cmentos tipos I y II, ni al 25 % para los ¡II/A y IV. Los cementos de horno alto tipo III1B son siempre resistentes a los sulfatos.
Corno en el caso anterior, la determinación del aluminato tricálcico y del aluminoferrito tetracálcico se efectia segiln la Norma UNE 80.304.
Al tener un contenido bajo en C3A, los cementos resistentes a los sulfatos son de bajo calor de hidratación, experimentan menos retracción y desarrollan sus resistencias más lentamente que sus correspondientes tipos ordinarios. A cambio, disminuye la trabajabilidad de las mezclas.
Las clases resistentes de los cementos resistentes a los sulfatos son las mismas que las de sus tipos correspondientes.
Deben emplearse cementos resistentes a los sulfatos en obras de hormigón en masa o armado, cuando el contenido de sulfatos del agua en contacto con la obra sea igual o mayor que 400 mg/kg. o en suelos cuyo contenido sea igual o mayor que 3.000 mg/kg. Ademas, la dosificación de cemento no será inferior a 250 k g/m3 para el hormigón en masa, ni a 325 kg/m3 para el hormigón annado.
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