lunes, 11 de abril de 2011

Uso de Superfluidificantes en el Hormigón.


Como se ha dicho anteriormente, el empleo de fluidificantes puede tener efectos secundarios sobre el hormigón, como el retraso en su fraguado y primer endurecimiento. Por otra parte, la reducción de agua conseguida con estos productos no supera el 15 por 100.

Por lo anterior, modernamente se están empleando los denominados superfluidificantes que son productos que no presentan para el hormigón los efectos secundarios anteriormente indicados y que permiten reducciones de agua de hasta un 30 por 100.

Existen dos grupos de superfluidificantes, los condensados de formaldehido (SMF y SNF) y los lignosulfonados modificados (SML). Los del segundo grupo son más económicos por ser subproductos de la industria del papel, pero los más empleados son los del primer grupo.

Los superfluidificantes tienen muchas y notables propiedades, de las que destacan dos: aumentan la docilidad de la masa de hormigón fresco sin variar la relación agua/cemento y, alternativamente, aumentan las resistencias del hormigón sin variar la docilidad de la masa.

Con el empleo de superfluidificantes se mejora notablemente la trabajabilidad de las masas, sin variar la dosis de agua ni la relación agua/cemento, consiguiéndose aumentos del asiento en cono de Abrams de cinco a veinte centímetros. El hormigón mantiene su cohesión sin presentar exudación, segregación ni pérdida de sus resistencias.

Estas características resultan muy útiles para el hormigonado de piezas de geometría complicada o con gran concentración de armaduras, así como para bombear hormigón y en prefabricación. Además, los superfluidificantes permiten una puesta en obra rápida y económica, al no ser necesario, en general, vibrar la masa del hormigón, dada la gran fluidez de la misma.

Debe tenerse en cuenta que los superfluidificantes pierden eficacia rápidamente, por lo que las masas deben colocarse antes de transcurridos de treinta a sesenta minutos de haber añadido el aditivo, dependiendo ese lapso de tiempo del tipo de cemento, de los áridos y de la dosificación. Esta pérdida de eficacia es mayor en hormigones de bajo contenido en cemento y con temperaturas superiores a 30°C. 
Por otra parte, con el empleo de superfluidificantes pueden aumentarse las resistencias del hormigón sin variar la docilidad de las masas. El agua de amasado puede reducirse entre un 20 y un 30 por 100, llegándose a relaciones agua al cemento muy bajas con asientos en cOnO de Abrams de unos 10 centímetros y muy altas resistencias, tanto a 28 días como a primeras edades.

El aumento de resistencia que puede conseguirse con el empleo de superfluidificantcs tiene muchas aplicaciones: para hormigones de alta resistencia, en prefabricación, para reparación de pavimentos, en puentes, obras marítimas, etc. Por otra parte, el uso de estos aditivos permite reducir la dosis de cemento, lo que puede resultar de gran interés cuando sea necesario disminuir el calor de fraguado y la retracción del hormigón.

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