Los productos de partida empleados para retardar el fraguado del hormigón suelen ser sustancias orgánicas principalmente lignosulfatos o hidratos de carbono. En general, las resistencias a compresión muy tempranas (1 a 3 días) suelen verse disminuidas, pero no así las de 28 o 90 días, que pueden incluso resultar más elevadas que las del hormigón sin aditivo.
Los retardadores son de utilidad en tiempo caluroso o cuando la distancia de transporte del hormigón fresco es grande. Suelen aumentar la retracción del hormigón y conviene realizar con ellos ensayos previos en obra, ya que su acción puede variar sensiblemente de unas a otras condiciones particulares, en especial con la dosis de cemento y la relación agua/cemento.
Debido a que el empleo de retardadores es decir , hoy día se recomienda sustituirlos por fluidificantes que, al mismo tiempo que permiten reducir el agua de amasado, actúan también como retardadores del fraguado.
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